Escribir para sanar

Herramientas, reflexiones, ejercicios, divagaciones e informaciones sobre el uso de la escritura creativa con fines terapueticos.

domingo, agosto 27, 2006

La reducción del estrés: una recomendación de Dr. Dean Ornish

Una de los usos de las herramientas de Escribir para sanar está relacionado con la posibilidad de reducir el estrés por medio de los ejercicios propuestos.

Hoy, domingo 27 de agosto, leo en la columna de Pedro Penzini Fleury en el nacional la siguiente nota, un consejo del Dr. Dean Ornish, un importante experto contemporáneo enestrés, la cual puede resultar de interés:

"Cuando se perdona a una persona, ello no excusa sus acciones, pero ello le libera de estrés y sufrimiento. Esto sucede en cuanto a las naciones pero también a nosotros como individuos. De lo contrario, escalará el ciclo de violencia. Toma fuerza y coraje el perdonar, quienes están temerosos de parecer débiles por lo general son aquellos que propugnan violencia. Cuando se abraza la paz, las personas que le rodean lo sienten y Ud. se convierte en ejemplo para los demás. Cuando se enfrenta al odio con amor, según Ornish, al miedo con esperanza, le transformará a Ud. y a quienes le rodean. "Sea Ud. El cambio que desea ver en el mundo". Estas son, resumidas, las sugerencias del Dr. Ornish que tanto éxito han tenido para miles de personas que transformaron los agresores externos para manejarlos y poder vivir más felices."

En relación con el perdón, en la siguiente dirección puede encontrar la técnica que recomendamos: Escribir para sanar y el perdón

viernes, agosto 25, 2006

La experiencia del diario de sanación: 25/08/2006

Como dice el "Gatopardo" hay cambios que se hacen para que todo siga igual.

Esa es la premisa de un relato que estoy escribiendo y me está dando vueltas por la cabeza.

Es la idea que me planteo, en general acerca de la vida: nacemos, pasamos unos cuantos años acá y volvemos al lugar de donde salimos, cambiamos mucho para que todo siga igual en ese infinito del cual salimos.

A veces siento una profunda melancolía y siente que ese pensamiento es negativo. Otras, simplemente lo siento realista. En general se trata de una realidad.

Lo interesante del relato que trabajo es que este cambio se encarna en la mudanza del protagonista, de esa manera la idea se hace más digerible.

La mudanza, el desplazamiento de un lugar a otros, un hogar que se descompone en las cajas embaladas y la incertidumbre de todo viaje.

De cualquier manera me mantengo fiel a un principio: la idea no es juzgar las cosas sino hacer el mejor d elos esfuerzos por comprenderlas.

jueves, agosto 24, 2006

La experiencia del diario de sanación: 24/08/2006

Hay sueños de sueños. A veces son crípticos y uno puede pasar horas jugando a decodificar las imágenes y otros, pese a su valor simbólico, son vívidos.

Anoche tuve uno de los segundos.

Una amiga mía estaba embarazada, tendría un hijo mío. Nos encontrábamos en una clínica ya que ella iba a realizarse un aborto, no sé bien por qué razón.

Allí el sueño tomó el camino de la ciencia-ficción: el procedimiento de aborto consistía en colocar unas especies de paletas en su espalda y las paletas, aparentemente, emanaban un tipo de ultrasonido que hacía el trabajo. Yo estaba observando pero, en realidad, no me sentía ni preocupado porque ese niño naciera o no, por lo tanto, ni apoyaba ni censuraba el aborto.

De repente hay un quiebre en la secuencia que recuerdo. El aborto no se lleva a cabo y pasa el tiempo. Mi amiga tiene el vientre muy abultado.

Pero, de repente, estábamos caminando y, por un descuido, mi amiga cae sentada y emite un grito, nos vemos a los ojos y sabemos que algo le pasó al niño. De entre sus piernas sale un líquido blanco, algo espeso.

No siento ni tranquilidad ni agitación por ese aborto accidental. Sólo la certeza de que no había nada que hacer y una especie de vacío.

Allí termina el sueño.

Constantemente nuestro subconciente nos cuenta interminables y abigarradas historias, pero no son sólo entretenimiento, hay que escuchar y comprender.

miércoles, agosto 23, 2006

La experiencia del diario de sanación: 23/08/2006












Sinceramente, como dice el lugar común, yo no he seleccionado el tema de estos días de Diario sino que el tema me ha escogido a mí.

Todo apunto hacia el pasado más o menso remoto.

La imagen es "El triunfo de la muerte", un cuadro qeu aparecía reproducido en una colección de varios libros que llevaban por título ¿Qué? ¿Cómo ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué?, una suerte de enciclopedia infatil que nunca llegué a leer en su totalidad, pero que tenía ciertos artículos que releía.

Uno de ellos era sobre el apocalipsis, el final de todo, y ésa era su imagen. La sabía casi de memoria, pero nunca el título del cuadro hasta que ayer, leyendo "El pintor de batallas" de Pérez Reverte, comencé a leer la descripción y su, indudablemente, que se trataba del cuadro que veía con cierto placer cuando niño. Busqué por internet y apareció la imagen.

Es muy útil contar con imágenes que, al menos, nos aproxime a retratar aquellas cosas que son inevitables y poco comprensibles como la muerte.

Aparte, hoy se casaron Celsa y Charles. Una matrimonio a las 10 de la mañana de un miércoles, una novia con sobrero en vez de velo y un novio con liquiliqui. Ambos se conocieron en el primero taller que dicté en la librería VDLBooks del Sambil.

Para ese momento, cada uno de ellos tenía su vida más o menos estable, trabajo, pareja, expectativas. Sin embargo, entre tantas turbulencias sociales, políticas, económicas y, hasta diríamos, espirituales de Venezuela, se han reencontrado en circunstancias muy diferentes y han terminado por casarse.

La misa comienza con retraso, el sacerdote parece tener algún compromiso y trata de compensar hablando tan rápido que parece una cinta reproducida aceleradamente.

Somos pocos pero, nuevamente valga el lugar común, estamos los que somos.

No voy a la recepción, me despido después de la ceremonia.

Difícilmente podríamos decir que es el azar la fuerza que rige nuestros encuentros con las demás personas con las que coincidimos en la vida.

martes, agosto 22, 2006

La experiencia del diario de sanación: 22/08/2006

Realmente nunca pensé, nunca me visualicé escribiendo acerca de mi carrera como escritor y, sin embargo, siguen apareciendo señales.

Hoy una amiga me comenta que su mejor amiga fue compañera mía en el taller del CELARG, de narrativa, de 1997.

Entonces todo viene a la memoria, cómo comencé a escribir, cómo fui dejando de la lado la administración para embarcarme en el oficio de inventar y escribir historias.

La amiga de mi amiga era alta, cabello negro largo, muy risueña. Tal vez hipersensible a las críticas de sus textos, pero muy buena lectora y generosa en sus comentarios. Fue una de las que terminó apoyando mis relatos en la primera ronda de lectura en el taller.

Supe de ella que se había mudado a España y había logrado cierto reconocimiento como dramaturga.

Regreso a la imagen del salón del CELARG.

Veo las caras de Luis, de Rafael, de César, Enrique, Yta, Maite, Milagros y Elina. A algunos les sigo la pista, otros aparecen por referencias de amigos.

De Rafael sé con frecuencia, a César lo veré esta semana. Yta en Miami, de Elina sé por artículos o mensajes por celular. Luis estará perdido en Europa.

Recuerdo algunas de sus historias y varias de las que escribí yo durante esos días, ese año completo que duró el taller. Recuerdo la aparición de Mónica y el viaje a Miami.

Hay un punto germinal donde todo está profundamente relacionado y, a medida que pasan los días, si observamos con atención, podemos ir viendo las ramificaciones.

lunes, agosto 21, 2006

La experiencia del diario de sanación: 21/08/2006

Leo en una entrevista a Renato Rodríguez, escritor ganador del Premio Nacional de Literatura, la siguiente frase: "Para mí, la escritura nunca fue un pretexto, siempre fue mi vida".

Creo que me conecto porque pese a que estoy muy claro en que el oficio de escritor es simplemente un rol más en mi vida, realmente se trata de uno de los más absorbentes. A partir de la escritura y de la lectura he conocido personas como el propio Renato Rodríguez, con sus historias errantes, o como Sael Ibañez, con su pasión para explicar y estimular la vocación literaria. Por ellos siento especial cariño, han sido, en varios sentidos, mis maestros.

He conocido a César, a rafael, a Daniel, a Gonzalo. Le he agregado un cuarto a la casa de mi vida.

Con mi primer libro conocí a Gabriela, escribiendo libros conocí a Jennifer y dando clases de escritura coincidí con Marta.

Se trata, ni menos, de una de las bases de mi vida.

Aparte, pienso en términos de escritor, de narrador, voy descubriendo y elaborando historias para ir día a día.

A veces una simple frase es un detonador de toda una maraña de ideas que están dormidas, expectante, entre las preocupaciones del día a día.

miércoles, agosto 16, 2006

La experiencia en taller: Sábados 19 y 26 de agosto de 2006, Escribir para sanar

Los próximos sábados 19 y 26 de agosto estaremos dictando una nueva edición del taller Escribir para sanar, en el Instituto ICREA, de 8:30 am a 12:30 pm.

El objetivo es ofrecer las herramientas de la escritura creativa para lograr un mayor equilibrio físico, emocional y espiritual.

Acá van algunos de sus principios.

Parto de la idea de que la palabra tiene un poder particular, es capaz de crear y de destruir, de enamorar o de agredir. Pero, además, la palabra escrita, tiene el potencial de curar. Cuando logramos llevar a palabras nuestras ambiciones, miedos, frustraciones, reconres, amores, parece que logramos ver un poco más claro que cuando nos asomamos al caos que suele ser el estado natural de la mente.

Pero cuando esas palabras las llevamos al papel, el proceso se potencia porque, además de darle aún mayor coherencia y forma, podemos tener un registro de todas estas emociones, el cual podemos revisar cada vez que tengamos la necesidad de hacer "corte de cuenta".

lunes, agosto 14, 2006

Las imágenes, los símbolos y las metáforas como una forma de comprender mejor el mundo: un ejercicio imaginativo

En un post anterior comentaba acerca del poder de las imágenes, los símbolos y metáforas.

Ahora propongo un ejercicio.

¿Qué hay que hacer? Pensemos en nuestra vida en este momento, por unos 3 o 5 minutos. Concetrándonos. Tratando de hacer un repaso de todas las áreas (afectiva, laboral, educativa, de salud). Una vez terminemos con este repaso trataemos de extraer la primera imagen que surja en nuestra mente y que mejor represente nuestro momento actual.

¿Qué obtenemos? En primer lugar, una representación imaginativa suele ser más "amigable" y, por lo tanto, nos ayuda a comprendernos mejor para, a partir de esa comprensión, vivir mejor. Además, al utilizar la primera imagen que aparezca, podremos saber si aquello que nos preocupa durante la vigilia, durante nuestros momentos más lúcidos, es lo mismo que le preocupa a nuestro "yo" más profundo y sacar nuestras conclusiones.

Acá va mi ejemplo:

Cerrando los ojos por dos minutos y pensando a vuelo rasante en varios aspectos de mi vida, la imagen que más claramente surgió fue la de una llave de paso.

Digamos que es una imagen de segundo nivel en el sentido de que junto a ella me surgió la siguiente idea: durante los últimos meses me he estado sintiendo como un tanque de afecto, energía, creatividad, amor, fuerza física.

Ahora soy la llave de paso que debe decidir cuánto del contenido del tanque debe pasar en un momento determinado. Y es necesario para mí estar conciente de lo difícil que es ser preciso en esta tarea, por lo cual constantemente estoy expuesto a excederme o a quedarme corto, por lo tanto, debo considerar siempre que esto ocurra dentro de márgenes razonables.

Esto es aplicable para mi compromiso con mi rutina de ejercicios, con la literatura, con mis afectos familiares, con todo.

Realmente ha sido un descubrimiento: una llave de paso.

domingo, agosto 13, 2006

Las imágenes, los símbolos y las metáforas como una forma de comprender mejor el mundo

El lenguaje no tiene sólo un valor utilitario, tiene también otras formas de uso como el que ofrecen las metáforas que no son más que una forma, generalmente poética, con la cual logramos crear imágenes mucho más vívidas que con cualquier descripción ordinaria. Podría pasar horas describiendo el amarrillo del color del cabello de una mujer que me gusta pero, pese al lugar común, si digo que sus cabellos son de oro, muy probablemente la imagen será muy clara para quien me lee o escucha. Así funcionan las metáforas.

Por otra parte, el hombre también ha buscado otra forma superior del lenguaje en los símbolos. El hombre, a medida que el mundo se ha vuelto más complejo, ha buscado maneras para que el mundo se le haga más digerible, es decir, en medio de las tendencias dominantes de especialización y obediencia a la ciencia, el hombre busca refugio en imágenes que se acercan más a las inclinaciones mágico-religiosas de los primitivos.

Finalmente, las imágenes no son más que formas de apelar a nuestros sentidos, por eso las hay táctiles, visuales, auditivas, entre otras.

La idea es que, cuando a la razón se le termina la capacidad de expresión, pueden entrar en juego las imágenes.

¿Cuántas veces no comentamos que nos encontramos "entre la espada y la pared"? ¿O que llueve "a cántaros"?

Por eso razón, estos elementos deben ser tomados en cuenta y comprendidos para utilizarlos como una herramienta más en el camino de Escribir para sanar.

sábado, agosto 12, 2006

La diferencia de Escribir para sanar con otras terapias que utilizan el lenguaje y la imaginación

Hay técnicas muy cercanas al método que proponenmos y aunque tienen evidentes semejanzas también existen diferencias que merecen ser enumeradas.

En primer lugar, lo obvio: la grafoterapia. A partir de la forma como una persona escribe se pueden hacer ciertos análisis que hemos encontrado muy útiles e incluso precisos y los cambios en esta forma de escribir puede contribuir a un proceso de sanación. Pero la grafoterapia no se interesa en el contenido de lo que se escribe, es el reino de la forma. Para nosotros el contenido será primordial.

Para poder lograr una mejoría es necesario que escribamos pero también que leamos aquello que hemos escrito, que tratemos de interpretarlo y que los significados que descubramos los hagamos parte de nuestra experiencia para lograr el conocimiento y la comprensión de la situación o emoción que está drenando a partir de nuestros textos.

Otra técnica cercana es la de la visualización creativa. Se trata en gran parte de componer la vida en imágenes, sin embargo, no es indispensable que esto sea registrado de manera alguna, con el simple trabajo mental, puede bastar. Nosotros proponemos que cualquier proceso tiene que ser llevado a palabras y escrito para lograr la fijación y la trascendencia que comentábamos en la introducción. No siempre nos alcanzará con el lado más racional del lenguaje por eso, en ocasiones, tendremos que utilizar metáforas, símbolos o alegorías.

Pero siempre llegaremos al papel y al lápiz, al registro, para luego poder leer, conocer, comprender y sanar.

viernes, agosto 11, 2006

La magia de la palabra y el camino hacia la sanación

La palabra, sin duda, tiene magia en cualquiera de sus manifestaciones: escuchada, hablada o escrita. Pero hay un aspecto en el hecho de teclear en una computadora o tomar pluma o lápiz y pasearlos por un papel que, de alguna manera, fija esa magia, la hace más duradera, me atrevería decir incluso que más trascendente.

Y es a partir de esta magia de la palabra escrita desde la cual podemos comenzar a pensar en verdaderos procesos, primero de conocimiento, luego de transformación y, en los niveles más depurados de su práctica, en una verdadera sanación.

Las definiciones son importantes: al hablar acá de sanación o curación (usaremos como sinónimos ambos términos) en primer lugar nos referimos a una recuperación o mantenimiento del equilibrio mental y/o emocional.

No hablamos de fórmulas milagrosas que hacen desaparecer tumores o acaban con alguna otra enfermedad crónica, pero, sin duda, apunta hacia un área que a veces injustamente descuidamos y que influye directamente en la forma como enfrentamos nuestra vida: las técnicas de escritura creativa propuestas y empleadas en herramientas como las propuestas por Escribir para sanar como el diario y el relato de sanación permiten dar orden al caos, armonizar la vida, encontrar puntos de paz, de tranquilidad desde los cuales se pueden construir soluciones integrales y permanentes.

jueves, agosto 10, 2006

La generosidad como herramienta en la escritura: un ejercicio entretenido

Pasamos, tal vez con bastante razón, gran parte de nuestro tiempo preocupados en nosotros: qué comeremos, beberemos, vestiremos, compraremos. Si nos rendirá el tiempo, si lograremos nuestros objetivos, si nos estamos poniendo viejos, si estamos haciendo una contribución significativa al mundo.

Esta muestra de egocentrismo, muy útil en algunos momentos, de convertirse en una práctica recurrente, podría terminar por ser un verdadero peso muerto que nos impide despegar y perseguir nuestros sueños.

La escritura ofrece una posibilidad muy interesante y está en la observación, narración y descripción de las historias de los demás.

¿El ejercicio? Simplemente soltarnos a imaginar y poner en papel, como si fuera un documento muy importante para nuestra vida, esas ideas e historias que otra persona nos provoca, en unos 10 o 15 minutos. Se puede hacer al ver alguna persona por la calle, pero a mí me gusta tomar una foto al azar y dejarme llevar.

Le podemos buscar nombre a nuestro personaje, familia, profesión, expectativas, temores, gustos. La idea es concentrarnos en él, dedicarle por completo nuestra atención. Regalársela con sincera generosidad.

¿Qué obtenemos? Dejamos de lado nuestra constante preocupación por nosotros mismos, demostramos generosidad ante el resto del mundo que nos rodea y recuperamos la fuerza que gastamos en tanta referencia circular sobre nuestras vidas.


Acá va mi ejemplo:

Observen a esta mujer:

Ella es Katiuska. Se trata de una muchacha que está estudiando computación porque la obligan sus padres, para que tome un trabajo de secretaria, pero ella lo que quiere es ser diseñadora de modas. Cada vez que termina un ejercicio, aprovecha para ver por internet fotos de desfiles de moda, aunque ella no tiene la ambición de ser un gran nombre de la industria, le bastaría con ser un poco más que una simple costurera.

Katiuska no era mala estudiante, pero igual su promedio era bajo para ingresar en una universidad pública. De cualquier manera, sus padres lo que quieren es que haya un ingreso más en la familia para atender a su hermanito de 10 años.

Katiuska tiene una (o varias) tristezas en su rostro, sobre todo en su mirada. Es una mujer seria y formal, pero le gustaría tener menos responsabilidad, quisiera salir más con sus amigas. Parte de esa tristeza es que le pasa por la cabeza la posibilidad de morirse sin haber hecho todo lo que ha soñado con su vida.

Ella trata de concentrarse en la pantalla y en las indicaciones del profesor, incluso está aprendiendo bastante, pero su cabeza está en otro lado: en el diseño de modas, en algún amigo que le insiste en que sean novios.

A Katiuska le gusta mucho cómo se ve cuando se maquilla. Cuando va a fiestas luce espectacular, se siente muy atractiva, pero sus padres la dejan ir a muy pocas de esas fiestas. Por eso, Katiuska prefiere siempre estar sin nada de maquillaje diario para que se note aún más la diferencia cuando se pinta.

miércoles, agosto 09, 2006

La lectura como terapia: una mirada a "La renuncia" de Andrés Eloy Blanco

Muchos hemos leído en "El principito" que lo esencial es invisible a los ojos.

También aquella frase de Thoreau que nos recordaba que malgastábamos nuestra vida en detalles y había que "simplificar, simplificar".

O aquel dicho que reza que no se debe perder el bosque por los árboles.

Lo cierto es que la búsqueda de aquello que es lo esencial, lo más simple, pero a la vez íntegro, total, abarca muchas de nuestras angustias. Y cuando no podemos verbalizarlas surgen todo tipo de confusiones en nuestra mente.

Para trabajar un poco con estos sentimientos propongo una lectura de este poema del venezolano Andrés Eloy Blanco. Una lectura y una relectura. Para mí, sobre todo la última estrofa, es un remedio efectivo para los días de ansiedad y agitación, sólo recordarlo, sin embargo, propongo para redondear el ejercicio las siguiente preguntas:

¿Nos vemos reflejados en algún verso?

¿Logramos realmente ver las imágenes?

¿Qué nos sugiere el siguiente verso: "cuando renuncie a todo seré mi propio dueño"?



La renuncia*

He renunciado a ti. No era posible.
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.

Yo me quedé mirando como el río se iba
poniendo encinta de la estrella...
hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba...

He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;

como el que ve partir grandes navíos
con rumbo hacia imposibles y ansiados continente;
como el perro que apaga sus amorosos bríos
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;

como el marino que renuncia al puerto
como el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.

He renunciado a ti, como renuncia
el loco a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos estáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia, soplando los cristales
en los escaparates de las confiterías...

He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final, ¡cuántas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!

Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.
La renuncia es el viaje de regreso del sueño...

*Andrés Eloy Blanco

martes, agosto 08, 2006

La observación específica: una forma de concentrarnos en el momento presente

Durante cada día tenemos muchas tareas rutinarias. De hecho, parece que cuanto más automáticamente podemos ejecutar determinada acción, más fluida nos parece y más preparados estamos entonces para continuar con nuestra jornada.

El problema es que, es cierto, mientras menos problematicemos nuestras acciones, menos tiempo invertiremos en ellas, pero el resultado último que de esto se desprende es que vivimos como zombies.

Sí, como zombies, sin voluntad. Nos levantamos, nos bañamos, comemos el desayuno, manejamos hasta el trabajo, nos sentamos y hacemos informes o calculamos prespuestos sin involucranos de manera alguna. Esto nos ubica en un estado de insensibilidad emocional que nos aleja de nuestros recursos interiores.

En esos casos, la observación específica es una herramienta útil.

¿En qué consiste? Simplemente en que tomemos algunas de las tareas más rutinarias de nuestro día y, mientras la realicemos, vayamos dándonos cuenta de cada detalle. Posteriormente lo llevamos al papel y lo releemos.

¿Qué ganamos con el ejercicio? Una ubicación firme, clara en el momento presente, sin perdernos en las expectativas del futuro ni en los recuerdos del pasado, simplemente somos durante esa acción y aprenderemos que, de esa manera, estamos realmente en control de nuestras acciones.

Acá va mi ejemplo.

El agua de la escritura.

Cada vez que estoy sentado frente a mi computadora, a mi lado, derecho o izquierdo, hay envases de 1,5 litros de agua.

Ya más una manía que verdadera sed, de cuando en cuando, como si fuera un marcador de compás musical, tomo el envase para tomar agua. Lo levanto sujetándolo más o menos en la mitad. Desenrrosco la tapa con la mano derecha, necesito, aproximadamente, 5 giros para hacerlo. Dejo la tapa sobre el escritorio de la computadora y coloco el envase en una inclinación en la cual pueda beber, succionando un poco yo, para tener el control.

Son uno o dos tragos. Los dos primeros simplemente dejan una sensación refrescante, el último es el que saboreo y lo conservo en la boca por unos segundos.

Como no responde a sed, simplemente termino de beber, coloco de nuevo la tapa. Aparte de las 5 vueltas, compruebo apretando dos veces más para asegurarme de que el envase está bien cerrado.

Lo coloco de nuevo a mi lado y continúo escribiendo.

Hasta el próximo trago.

lunes, agosto 07, 2006

La base científica (2da parte): estudio de la Universidad de Texas sobre el poder curativo de la escritura

Armar una historia: Los beneficios que brinda la narrativa a la salud
Estudio de James Pennebaker y Janel Seagal, Universidad de Texas
Resumen y traducción libre de Jesús Nieves Montero


El acto de construir historias es un proceso humano natural que ayuda a los individuos a entender sus experiencias y a sí mismos. Este proceso permite organizar y recordar eventos de una forma coherente a la vez que permite la integración de pensamientos y sentimientos. En esencia, esto le brinda a los individuos un sentido de predictibilidad y control sobre sus vidas. Una vez que una experiencia tiene estructura y significado, el resultado será que sus efectos emocionales serán más manejables. Por otra parte, los eventos que no están estructurados en un formato narrativo pueden contribuir a una constante experimentación de sentimientos y pensamientos negativos.

Las personas se sienten motivadas para formar historias para entender el mundo que les rodea. Si sentimos dolor o escuchamos un sonido extraño, tratamos de encontrar su causa. Una vez entendemos cómo y por qué ha ocurrido el evento, nos sentimos más preparados para enfrentarnos a él en caso de que vuelva a ocurrir.

Investigaciones extensas han revelado que cuando las personas llevan a palabras sus perturbaciones emocionales, su salud física y mental mejora notablemente. El simple acto de escribir sobre la experiencias traumáticas tiene resultados sorprendentes. Los ejercicios de escritura mejoraron la salud de los participantes y, con frecuencia, mejoraron sus vidas.

Para demostrar los beneficios a la salud que ofrece el arte de contar historias el estudio contempló la formación de dos grupos de estudiantes universitarios: a uno se le pidió que durante 15 minutos durante cuatro días consecutivos escribiera sobre sus emociones y sentimientos más profundos relacionados con experiencias traumáticas, mientras el segundo grupo escribió sobre experiencias triviales. La única regla era que una vez que se comenzara a escribir debía continuarse sin detenerse en aspectos como ortografía, gramática o sintaxis.
Los beneficios del experimento se encontraron en diferentes grupos de personas, estudiantes universitarios, prisioneros en cárceles de máxima seguridad, estudiantes de medicina, víctimas del crimen, pacientes con artritis y otros dolores crónicos, personas despedidas de sus trabajos, y mujeres que habían dado a luz su primer hijo. Los efectos beneficiosos fueron encontrados en la mayoría de las clases sociales y grupos étnicos de los Estados Unidos y también ha habido experiencias en Ciudad de México, Nueva Zelanda, Bélgica y Holanda.

El grupo que escribió sobre sus experiencias traumáticas experimentó un impacto positivo en su sistema inmunológico, una disminución de diferentes tipos de dolores e incluso una mejora en sus calificaciones, Otros estudios han demostrado también que, a largo plazo, hay un cambio positivo en el estado de ánimo.

Una de las formas en las cuales se explican los beneficios de la escritura es que el acto mismo de convertir las emociones e imágenes en palabras cambia la forma en que la persona organiza sus pensamientos en relación con su trauma, de esta manera sus experiencias más complejas se simplifican. Además, hay que recordar que parte de la perturbación que causa el trauma reside no sólo en los eventos sino en las reacciones emocionales que la persona tiene. Al integrar sus pensamientos y sentimientos, la persona puede construir más fácilmente una narrativa coherente de la experiencias. Una vez formada la historia, el evento puede ser analizado, conservado e incluso olvidado de manera más eficiente.

domingo, agosto 06, 2006

La carta de sanación: un ejercicio sencillo e interesante

¿Qué es una carta?

Simplemente una comunicación que dirigida a otra persona. Sus formas y contenidos pueden variar, el tipo de lenguaje que empleemos. De hecho, el uso ahora casi generalizado del correo electrónico ha modificado las largas cartas que resumían semanas, meses o años de novedades entre amigos en países disntantes hasta convertirlos en telegramas casi crípticos que podemos enviar a cada momento, aprovechando la inmediatez que ofrece la tecnología.

Bésicamente, una carta consta de: encabezamiento, cuerpo y despedida.

En el encabezamiento nos limitamos a colocar a quién va dirigida la carta y alguna acotación del tipo: querido tío, apreciado amigo, sobre todo en los casos más formales. El cuerpo es el asunto en sí de la carta, y la despedida, pues es simplemente eso.

¿Qué es la carta de sanación? Pues es simplemente aquella comunicación que escribimos con el propósito de manifestar algún sentimiento a alguna persona, independientemente de que la enviemos o no. La idea es aprovechar esa máxima que dice que "escribir es pensar despacio" y poner en papel, siempre teniendo en mente a nuestro interlocutor(a), aquello que posiblemente no nos atrevamos a decir de otra manera.

Es una especie de exorcismo y nos permitirá liberarnos de ciertas cargas como rencores, remordimientos o resentimientos que arrastramos y no tienen ninguna función en nuestra experiencia presente más que como obstáculos para nuestro equilibrio mental y emocional.

¿Cuál es el ejercicio?

Tomarse un par de minutos para pensar algún destinatario y asunto apropiado y luego sentarnos, con mucha seriedad y detalle (recordemos que es la vida de la escritura) a escribir la carta.

Al terminarla podemos enviarla y, si decidimos lo contrario, hay personas que suelen hacer algún tipo de rito para cerrar el ejercicio: por ejemplo, quemarla o romperla en pequeños pedazos para dar por concluido ese ciclo.

Como siempre, acá va mi ejemplo.

Querida Mónica:

No sé por qué no nos despedimos, por qué no hablamos nunca de lo que pasó. Es extraño que todo lo que sé de ti es lejano, es referido por otras personas.

Que te casaste, que tuvistes un hijo. Que ya, seguramente, no tienes aquellos sobresaltos nocturnos por las preocupaciones de una estación de servicio o por aquél aborto del cual supongo, ahora menos que nunca, le has contado a tu familia.

No sé qué recuerdo guardar de ti. Los emails y los logs de los chats se quedaron en el cpu viejo, irrecuperables. Impreso queda apenas un mail donde había sólo algunos preparativos eróticos para nuestro encuentro.

Sin embargo, no hay nada de los sentimientos. Y pese a la torpeza, al atropello, a la prisa de todo, había sentimientos. Las llamadas en medio del taller del CELARG, las largas conversaciones hasta la madrugada, el compartir gustos en música, en libros, la comprensión que le brindaste a mis primeros relatos, la forma como yo escuchaba tus preocupaciones, tus temores.

me importabas y yo te importaba. Y puede que no haya sido con la profundidad que creíamos que lo hacíamos, pero algo había y eso parece haberse perdido.

Ya seguramente no recuerdas ni Boca Ratón ni Miami. Puede que hasta los trates de olvidar. Yo, en cambio, sólo recuerdo cómo un día me fui de tu casa a un hotel en el centro de Miami y cómo hablamos un par de veces por teléfono y todo fue tan distante, todo se fue disolviendo hasta que las llamadas, los correos, las conversaciones se espaciaron tanto que llevamos más de cinco años sin hablarnos.

Yo sólo quería decirte que, de corazón, espero no haber contribuido a llevar más caos a tu vida, más del caos habitual que es cualquier relación de pareja. Sólo quiero decirte que aunque salí de tu casa con mucha confusión y mucho dolor, eso, aunque suene a lugar común, fue sin duda un componente indispensable para seguir creciendo.

Sólo quiero decirte que me gustaría ver una foto contigo y con tu familia y que me alegro que estés bien.

Y que espero que, como yo, no lamentes nada de lo que pasó sino que lo aprecies en su justa medida.

Con mucho cariño que, creo que hasta este momento, no sabía que conservaba por ti

yo.

sábado, agosto 05, 2006

La base científica: artículo publicado en la revista Newsweek sobre el poder curativo de la escritura

¡Pluma, Papel, Poder!*
Autora: Claudia Kalb (revista Newsweek, 26 de abril de 1999)
Traducción libre de Jesús Nieves Montero


Por décadas, Lori Galloway tuvo sueños recurrentes en los cuales disparaba o hacía volar en pedazos a su padre y su padrastro. Años de abuso sexual cuando era una niña la dejaron sintiéndose “la persona más miserable en la faz de la tierra”. Le bastaba hablar del trauma para que su cuerpo reaccionaria inmediatamente: “Comenzaba a temblar violentamente y mi voz se quebraba”, cuenta Lori. También solía sufrir frecuentemente de migraña. Con 40 años, después de muchas sesiones de terapia tradicional y antidepresivos, nada parecía funcionar.

Muchos meses después, intentó algo diferente. En sesiones de 30 minutos, Lori se sentaba en su computadora y escribía intensivamente acerca de su reacción emocional frente al abuso. El primer texto resultó incoherente. Pero a la tercera vez, ya había logrado una sensación de libertad frente a su pasado. Rápidamente se sintió físicamente mucho mejor. Ya no hubo más temblores y los dolores de cabeza también habían desaparecido. “La escritura”, cuenta Lori, “ha cambiado mi vida completamente.”

La escritura confesional ha existido por lo menos desde el Renacimiento, pero nuevas investigaciones sugieren que es mucho más terapéutica que lo que nadie nunca había podido imaginar. Desde mediados de los ’80 los expertos han encontrado que las personas que escriben acerca de sus experiencias más dolorosas no sólo se sienten mejor sino que visitan al doctor con menos frecuencia e incluso tienen respuestas inmunológicas más fuertes. La semana pasada, un grupo de científicos reportó hallazgos que hacen el vínculo aún más claro. Un estudio publicado en la Revista de la Asociación Médica Americana demostró que ejercicios de escritura creativa pueden ayudar a aliviar síntomas de asma y artritis reumatoidea. “Es difícil de creer”, comenta James Pennebaker, un profesor de sicología de la Universidad de Texas en Austin y un pionero en el área de escritura terapéutica, pero “ser capaz de poner tus experiencias en palabras es comprobadamente beneficiosos para tu salud física.”

Incluso la gente más equilibrada y sana adquieren una pesada carga emocional en el curso de su vida, sea rencor hacia los padres por causa de su divorcio o conflictos con amigos y familiares acerca de errores u oportunidades perdidas. Durante estudios científicos, los investigadores pidieron a los participantes que escribieran sobre alguna experiencia perturbadora por espacio de entre 15 a 20 minutos al día durante tres o cuatro días consecutivos. La idea era incluso descartar las correcciones y la delicadeza en la escritura. La idea no era armar un ensayo perfecto sino excavar profundamente en el “basurero emocional” de cada uno y llevar esa experiencia a palabras sobre la página.

En uno de estos estudios, Pennebaker comparó un grupo de estudiantes universitarios quienes escribieron acerca de sus traumas con un grupo que escribía de cosas más triviales (como el aspecto de sus respectivos cuartos). Antes del estudio, los 46 estudiantes visitaron la clínica de su universidad con frecuencias similares, pero después del ejercicio, las visitas del grupo que escribió sobre traumas descendió en aproximadamente 50%. En otro estudio publicado el año pasado, los investigadores encontraron evidencia fisiológica directa: la escritura incrementó el nivel de linfocitos circulantes en el torrente sanguíneo. Además, investigaciones preliminares demostraron que la escritura puede producir pequeños descensos de la tensión arterial.

Hasta la semana pasada, la investigación se había enfocado principalmente en personas saludables. El nuevo estudio de la Revista de la Asociación Médica Americana es el primero en examinar los efectos de la escritura en enfermos. Los investigadores encontraron que los pacientes con asma que escribieron sobre experiencias como accidentes automovilísticos, abuso físico, divorcio o sexualidad lograron mejorar su función pulmonar en promedio en un 19%. Por otra parte, en pacientes con artritis reumatoidea, los síntomas mejoraron en un 28%. Los pacientes que escribieron acerca de cosas sin importancia no demostraron mejoría alguna. “Podemos hacer un buen trabajo con los fármacos”, comenta Joshua Smyth, profesor asistente de sicología en la Universidad del Estado de Dakota del Norte, pero “podemos hacer aún un mejor trabajo si también prestamos atención a las necesidades sicológicas de las personas.”

¿Cómo puede la escritura brindar estos beneficios? Los expertos concuerdan en que probablemente es más que la simple catarsis. Algunos creen que la magia está en que la escritura fuerza al paciente a convertir el rumiar abstracto e incesante de la mente en historias coherentes. Escribir acerca de una experiencia también reduce la intensidad de su impacto emocional. Stephen Lepore, profesor asociado de sicología en la Universidad Carnegie Mellon, encontró que los estudiantes que utilizaron técnicas de escritura creativa para hablar de sus emociones antes de un examen tuvieron el mismo número de pensamientos intrusivos que aquellos que escribieron sobre cosas superficiales. Sin embargo, reportaron menos síntomas de estrés. Lepore cree que las preocupaciones acerca del examen se transformaron en factores menos perturbadores al ser llevadas al papel.

Sin embargo, los ejercicios de escritura creativa estructurada no son la única alternativa para las terapias de escritura. Algunas personas prefieren lo que Terry Vance, una sicólogo de Chapel Hell, Carolina del Norte, denomina “terapia de cartas”. En su libro “Cartas a casa”, Vance describe la forma como descubrió que algunas personas se “desatascaban” de malas relaciones de pareja y todo tipo de conflictos escribiendo cartas a las personas involucradas. Las conversaciones pueden convertirse fácilmente en competencias de gritos y pasar incluso a la violencia física, pero el género epistolar ofrece seguridad. Uno de los pacientes de Vance, de nombre Allen, dijo que sus cartas a miembros de su familia no sólo lo acercó más a ellos sino que le permitió combatir la depresión. “Ahora sé con más claridad quién soy y qué quiero”, afirmó Allen.

Las cartas ni siquiera tienen que enviarse realmente. Y siempre se puede escribir para uno mismo en un diario. Los sicoterapeutas dicen que llevar un diario puede ser un factor de apoyo poderoso a la tradicional terapia oral. Kathleen Adams, terapista de Denver, dice que al escribir, las personas “ literalmente pueden leer sus propias mentes”. Ese proceso ayuda a fortalecer la autoconfianza y la autoestima, y puede acelerar los progresos de las sesiones habladas. Louise DeSalvo, docente de inglés en el Hunter College de Nueva York, afirma que escribir intensivamente sobre su asma –acerca de sus síntomas y cuán débil la hacían sentir- mejoró notablemente su salud. DeSalvo todavía toma sus medicamentos dos veces al día para mejorar totalmente, pero en su estado actual siente que “pasé de estar prácticamente discapacitada a no pensar ni un momento acerca de eso.”

Posiblemente la escritura no pueda curar el cáncer, comenta Pennebaker, pero puede tener un “efecto profundo en tu salud”. El poder de tu pluma espera.

viernes, agosto 04, 2006

La descripción: un ejercicio sobre la particularización de los recuerdos

Existe una máxima que dice que la descripción, el detalle es la vida de la escritura.

No es lo mismo una mesa a una mesa redonda, ni una mancha a una mancha roja.

El cuidado que prestemos a estos detalles es la forma como nos internamos en el lenguaje, en nuestra propia experiencia y no en una mera referencia genérica a experiencias, personas o cosas.

Por eso, uno de los ejercicios que proponemos en Escribir para sanar es el siguiente: piensa en algún rincón de una de las casas donde has vivido durante tu vida. Trata de ver claramente ese espacio. Trata de recordar objetos con sus formas y colores. Sensaciones. Dedícate a esta visualización unos 3 minutos.

Después, llévalo a papel.

Mientras desarrollas el ejercicio y una vez que termines y releas el texto resultante, te darás cuenta de la carga emotiva que implica e incluso del poder liberador que tiene.

De esto se trata este camino, de ir conociendo las herramientas para utilizarlas cuando sientas necesidad de hacerlo.

A continuación te presento un ejemplo que escribí especialmente para el blog.

El cuarto de la alfombra

Era un apartamento en el centro de Caracas. Recordé, siempre he recordado el teléfono: 42-85-28, cuando los números telefónicos todavía tenían 6 cifras solamente.

Quiero hablar de un cuarto en específico, pero recordé el número de teléfono y el teléfono que estaba encima de una mesa con tope de vidrio. El vidrio un día se rompió por colocar mucho peso sobre ella y me corté. Una mancha de sangre, un rastro quedó sobre un cuaderno forrado con papel contact blanco. Costó limpiarlo.

El cuarto, entonces, estaba al fondo. Ahora caigo en cuenta que debía ser el cuarto principal, ya que tenía un baño dentro, sin embargo, era un cuarto de juegos, especialmente para mí. Mis padres dormía en una habitación diferente. Tenía una alfombra azul, muy gastada. Realmente era un espacio desaseado. Pero tenía la ventaja de que yo podía cerrar la puerta e imaginarme casi cualquier cosa.

La alfombra azul tenía machones muy viejos, era áspera al tacto, pero realmente importaba poco. El baño estaba en completo desuso y no recuerdo por qué. Simplemente no se utilizaba. Estaba lleno de polvo, y en ciertos lugares se había acumulado casi sólido, formando especies de terrones. Era como un apéndice indeseable.

Había un closet de madera, pero pocas cosas se guardaban allí. En una esquina tenía una ventana metálica, pintada de blanco. Daba hacia un estacionamiento privado en la parte posterior del edificio. Cuando los sucesos del 89 vimos a gente herida, a los Guardias Nacionales persiguiendo personas con las peinillas en la mano. Caminábamos de los otros cuartos hasta ese, de un lado a otro para ver gente con piezas enteras de carne, cajas de licor, televisores, en pleno saqueo. Nos cansábamos de tanto ir de un lado a otro.

Pero ese fue simplemente un paréntesis. Igual el cuarto era muy importante. En esos días compartía mi cuarto con mi hermana y este espacio de juegos, donde, repito, podía cerrar la puerta y dramatizar cualquier cosa que se me pasara por la mente, era un lugar mágico.

Estoy pensando que tal vez he pasado la vida buscando siempre lugares físicos o dentro de mí donde se pueda reproducir esa magia.



La escritura como forma de terapia: Escribir para sanar

Comenzó como una idea para un taller.

Ahora es más algo así como un proyecto.

Parto de la idea de que la palabra tiene un poder particular, es capaz de crear y de destruir, de enamorar o de agredir. Pero, además, la palabra escrita, tiene el potencial de curar. Cuando logramos llevar a palabras nuestras ambiciones, miedos, frustraciones, reconres, amores, parece que logramos ver un poco más claro que cuando nos asomamos al caos que suele ser el estado natural de la mente.

Pero cuando esas palabras las llevamos al papel, el proceso se potencia porque, además de darle aún mayor coherencia y forma, podemos tener un registro de todas estas emociones, el cual podemos revisar cada vez que tengamos la necesidad de hacer "corte de cuenta".

La idea entonces es aprovechar las herramientas de la escritura creativa para lograr estos objetivos. Partir de mis experiencias, por un lado, como narrador y por el otro, de lector apasionado de libros sobre espiritualidad, para amalgamarlos en una fórmula que permita alcanzar un mayor equilibrio físico, emocional y espiritual.

La idea de este blog es ir desentrañando, literalmente día a día, este concepto.